Se creía el lider
Llevaba años en la calle. Y desde que llegó todos sabían quién era. No tuvo que explicarse. Ya lo hacían los demás queriendo saber más.
Pero llego él. Y todo cambió.
En menos de una semana llegaron las risas. Ahora se oían. A todos conocía. Los llamaba por su nombre. Y aún más. Lo llamaban por su nombre. Su impresionante carácter, su don de gentes, su forma de escuchar a los demás, le hizo ganárselos.
Desbancó a cualquiera que estuviera en el podio. Ya no había ni primero, ni tercero. Solo estaba él.
No impone, convence
Nunca fue el hijo de él, sino su padre, era el padre de él. Se le hacía sitio, aunque el aún no hubiera llegado. Todos querían estar con él.
Pero no era adulación. Solo liderazgo de alguien a quien se le quiere. No por lo que dice sino por sus sentimientos arrolladores.
Se acabó ser: tú eres el hijo de….
Ahora tú serás el padre de él.
¡Tonto!, no llores más, que no hay mayor orgullo que ser el padre de él.